jueves, 8 de septiembre de 2011

ENTRADA 9

Finalmente hoy ha sido un día de lo más normal, como se espera que sea un día de curro cualquiera, aunque después de lo que ha pasado estos días es una especie de falsa tranquilidad, sobre todo por pequeños detalles.

No pudimos evitar comentar los interrogatorios a los que nos sometieron. Según parece, Jesús, no se lo tomó muy bien y ahora está retenido en una de las habitaciones. Primer pequeño detalle. Eso sí, no le han inyectado nada ni le han hecho nada o eso nos ha dicho Juan.

El laboratorio estaba funcionando normalmente, había cuatro cubículos donde unos científicos experimentaban con jaulas llenas de ratas blancas, inyectándolas una sustancia y metiéndolas de dos en dos en otras jaulas más pequeñas. Vi que había dos voluntarios humanos, bastante relajados y con los típicos pijamas de hospital, con una ligera diferencia con los primeros que conocí, estos tenían el pijama algo desgastado y con alguna mancha de lo que podría ser café o sangre seca, segundo pequeño detalle.

-Parece que estos son algunos de los “evadidos” – me dijo Juan mientras se situaba a mi lado – no deberías cotillear tanto lo que pasa en el laboratorio.

-Tengo la cabeza hecha un lio - le dije mientras me apoyaba en el cristal - la policía, las pruebas, los interrogatorios, el hecho de que se hable de "desaparecidos" - dije haciendo como que le ponía comillas a la palabra - Este trabajo no es complicado, es muy raro - continúe - da la sensación de ser incluso peligroso.

-Y puede que lo sea, pero son ellos - señalando a los científicos - los que se deben preocupar de los problemas, ten en cuenta que quien juega a ser "dios", por llamarlos de alguna manera, se arriesga a que sus creaciones se vuelvan en su contra -se quedó pensativo un rato - y además, tratándose de investigaciones que tienen que ver con la guerra, el tema se vuelve más arriesgado todavía.

-Pero ésta se supone que es una empresa de farmacología, o por lo menos así es como se me presentó - comenté.

-Y lo es. Aquí se investiga de todo, hay una planta en la que tienen gente que se ofrece a beber durante tres días todo el alcohol que puedan, otros que no les importa esnifarse un par de rayas de cocaína y otros - hizo un gesto con la mano abarcando todo el laboratorio - se dejan inyectar sueros que son simplemente un número. - Me miró. - En estos tiempos, cualquier cosa que de pasta es un buen recurso. Hay muchos desesperados ahí fuera que por quinientos euros se dejarían inyectarse mierda, literalmente, para poder vivir y mantener a su familia.

-Tiene sentido - las palabras de Juan me estaban dando mucho que pensar y era la primera vez que le oía hablar tanto. - pero para alguien nuevo esto es muy extraño.

-¿Sabes que el sesenta por cierto de los que se presentan a estas pruebas son "voluntarios" de los ejércitos de todo el mundo? - los datos se iban agolpando en mi mente y cada vez eran más sorprendentes. - hay ocasiones en las que se llevan las pruebas a campos de batalla reales. Afganistán, Irak, Libia son solo algunos ejemplos y a saber lo que hacen allí. El ser humano es violento por naturaleza. Imagina que te inyectan algo que convierte esa violencia en algo primario y extremadamente necesario para el cerebro.

Demasiado, ya tenía demasiada información, ¿me está diciendo que las revueltas populares que se ven en la tele, tan sangrientas, con tan poco respeto por la vida, son inducidas por países que quieren probas sus productos químicos en campos reales?

-Por cierto, que sepas que al doctor Montero le has caído en gracia por cómo te has portado estos días y por tus respuestas en el interrogatorio - me comentó dándome unas palmadas en el hombro - eso es muy bueno. - Y se marchó, mirando al laboratorio como buscando a alguien o algo.

Me quedé pensativo durante un momento y me fui a mi sitio. Juan me había contado muchas cosas al igual que el entrevistador de ayer. Era información muy perturbadora, ¿hasta qué punto es capaz el ser humano de machacarse a sí mismo para conseguir lo que quiere? ¿Ciertamente el respeto de los lideres por sus seguidores, civiles o soldados es tan nimio?, no sé, me duele la cabeza sólo de tratar de procesar tantas preguntas, tantas posibilidades y tantos datos.

Hace unos días no paraba y hoy... ¿La calma que precede a la tempestad? No pude evitar pensar en esa famosa frase… Algunos informes, esta vez bastante normales, sobre depósitos de material y poco más es lo que hice hoy.

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