jueves, 1 de septiembre de 2011

ENTRADA 1

Se me ha ocurrido la idea de crear un blog, un poco de "estrangis", sobre mi nuevo trabajo. Hace unas semanas me llamaron ofertándome un gran puesto como administrador de base de datos de una empresa química que se dedica al análisis, testeo y contención de sustancias farmacodependientes. Para aquellos que como yo os quedáis flipando con el tema, simplemente se trata de una empresa que valora el impacto social e individual de lo que conocemos como drogas; desde el tabaco o el alcohol pasando por las más duras como la cocaína o heroína incluyendo las nueva de diseño que tan de moda se están poniendo entre los jóvenes.

La oferta era bastante jugosa, una muy buena cantidad de pasta para ser un administrador, horario flexible siempre y cuando, entre las ocho de la tarde y las cuatro de la mañana, los sistemas estuviesen activos, sin problemas y no se perdiese ningún dato de las pruebas realizadas. "Joder, currar por la noche, menuda mierda"; se puede pensar pero cuando puedes llegar al curro a cualquier hora, si es que te apetece ir, hacer tus chequeos de estado de servidores, comprobar que las conexiones están correctas y demás parafernalia tranquilamente, tomarte un café, volver a casa a la hora que quieras, conectarte desde la comodidad de tu salón para comprobar que todo está correcto en ese lapso de horas y solo hacer "intervenciones presenciales" nocturnas por lo menos cuatro veces al mes con el consiguiente día libre... realmente es una gozada y más si tu sueldo supera ampliamente los ansiados cincuenta mil euros brutos anuales.

Pues bien, tras mi primer día puedo decir que pinta muy, pero que muy bien. Me han pedido que estuviera en el trabajo a las once de la mañana. Cuando he llegado he ido a tomar un café con mi encargado, Juan, y hemos estado charlando tranquilamente durante una hora.

Después me ha llevado a lo que serían los puesto de administración de sistemas, una amplia sala con cuatro mesas, tres de ellas ocupadas por otros compañeros informáticos y, lo que más me ha llamado la atención, un enorme ventanal que da a la calle, dejando entrar un enorme haz de luz natural, con otro enorme ventanal en frente que da a lo que parece una zona de laboratorios con diversos cubículos.

- Este es Jesús, técnico de sistemas y redes - me dijo Juan mientras una enorme mano se tendía frente a mí con un tío de casi dos metros detrás.

-Encantado - dije mientras me sacudía la mano con fuerza.

-Lo mismo digo y bienvenido al paraíso - me respondió el gigantón con gesto amigable y una enorme sonrisa.

-Allí tienes a Oscar, es nuestro encargado de material y responsable de que no falte ningún equipo que sea necesario.

Miré al fondo de la sala y vi como un pequeño hombrecillo, medio calvo y con gafas, me levantaba la mano a modo de saludo mientras hablaba por teléfono, con lo quien debía de ser un proveedor, al que le exigía que esa misma tarde tendrían que estar los equipos de radiografía instalados y configurados.

-Y aquel es Sergio, el otro técnico de sistemas y redes - finalizó Juan señalando a un atareado chaval de unos veinticinco años que parecía estar bastante en forma mientras sacaba y preparaba equipos de varias cajas, tan exhorto en su tarea que ni reparó en nosotros.

Después de las presentaciones nos acercamos al ventanal que daba al laboratorio y me explicó que allí es donde se realizaban las pruebas con seres vivos, mi cara de sorpresa debió ser un poema porque Juan se echo a reír de inmediato.

-No te preocupes, principalmente se hacen con animales, algo de la que oirás muchas cosas y verás muchas manifestaciones en la entrada, y en algunas ocasiones con humanos voluntarios a los que se les paga muy bien por dejarse pinchar una pequeña cantidad de algún compuesto.

Me fijé que al fondo había una serie de habitaciones que parecerían de hotel, con amplias camas, televisión y demás comodidades, si no fuera porque al lado de cada una había una enorme cantidad de pantallitas, cables, bombonas y material de monitorización.

-Ahí meten a los voluntarios a los que se les hacen pruebas más complejas o que reaccionan mal a las sustancias. Pero de todos modos, del cristal para allá ni te preocupes, tu trabajo estará aquí - Señalándome mi mesa mientras dejaba un taco de folios de documentación - Como ya te ha dicho Jesús, bienvenido al paraíso - Y se marchó a su despacho, una pequeña habitación contigua cercana al gran ventanal del laboratorio.

Y así pasó mi primer día, cafés, conversaciones amenas sobre lo bien que se vive allí y lectura de documentación muy sencillita de cómo estaban montados los servidores de base de datos, las instancias creadas y cómo se espera que se manejen los datos. Al día siguiente tenía una larga reunión con el responsable del laboratorio donde se me explicaría qué esperaban de mí y el porqué de mi contratación, con lo que a las cinco horas de estar allí, Juan me dijo que me fuera a casa, descansara y me preparase ya que esas reuniones eran muy pesadas.

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