miércoles, 28 de septiembre de 2011

ENTRADA 25

Por fin he podido dormir un poco, me he pasado la noche en la cocina, vigilando el jardín. Reconozco que alguna cabezada he dado pero ha sido imposible descansar. Merche ha tratado de dormir, me ha dicho que algo ha descansado pero no demasiado, así que estamos los dos agotados.

La noche ha pasado sin incidentes, por lo menos que nos hayan afectado. He visto a una persona que se acercaba a la valla, no ha llegado a tocarla pero a tratado de mirar hacia el interior, parecía bastante inquieta y, rápidamente, se ha marchado. También se han vuelto a oír los aullidos y gritos de la noche anterior, esta vez me ha parecido que estaban en la calle de chalets que hay en frente nuestro, las fincas son grandes así que estaban como a trescientos o cuatrocientos metros de nosotros. Se han ido apagando en dirección al camino de El Escorial.

Por la mañana me ha parecido oír un par de coches que arrancaban y salían rapidísimo de la calle por donde tiramos el contenedor, creo que uno de ellos se ha estrellado llegando al final de la calle que lleva a la estación de Renfe, no sé, ahora mismo no me planteo investigar nada de lo que pase a nuestro alrededor, quiero desaparecer del mapa y que parezca que aquí no hay nadie.

Nos toca hacer recuento de comida, de las cien latas que compramos, nos quedan unas setenta, después de acabar con la comida que teníamos; pasta, carne congelada y alguna cosilla mas. Hemos ido usando dos por día para cada uno más una para las perras, porque nos hemos quedado sin pienso para ellas, la verdad es que ahora vemos la importancia del racionamiento de comida. Vamos a tener que apañarnos con dos latas al día para los cuatro. De agua aún nos quedan diecisiete garrafas, ya que el agua corriente aun funciona y hemos estado usando unas pastillas potabilizadoras que tenemos, aunque nos estamos quedando sin ellas.

De medicinas de momento vamos bien, ambos tenemos como para seis meses, de genéricos tenemos una caja de ibuprofeno, dos de paracetamol y el botiquín de los viajes en moto esta completo con vendas, yodo, suero, tiritas y varias cosas que compré ayudado por un compañero médico, que me aconsejo lo que debería tener, y menos mal, porque mi herida del hombro sería bastante fea de no ser por todo lo que tenemos. Al final he conseguido que Merche me cierre el corte con la grapadora estéril. Las tiras de brecha se soltaban a menudo. Parece que está cerrando perfectamente, espero que no se abra de nuevo porque sólo nos queda una grapadora, lo siguiente seria utilizar los kits de sutura de un solo uso y, ni Merche ni yo sabemos usarlos.

De la casa de los vecinos pudimos coger algo de comida, que hay que sumar a lo que tenemos, y una caja de antibióticos genéricos que me están ayudando a curarme.

De todos modos, después de terminar el repaso al material, hemos pensado que convendría hacer una visita al Mercadona para coger lo que podamos, o quede, y, si podemos, pasar por la farmacia o el ambulatorio para pillar más antibióticos. La verdad es que nos preocupa mucho esta decisión de salir de casa, sobre todo, porque ayer los aullidos y gritos venían de esa zona, esta vez vamos a planearlo detenidamente.

Además, ya que bajamos, vamos a pasar por casa de la hermana de Merche, a ver qué tal están y valorar la posibilidad de juntarnos los cuatro en una casa.

Hemos pensado en llevarlo a cabo en cinco días, dar tiempo para que parezca que no hay nadie y poder ver cómo evoluciona mi hombro, además de estar descansados al cien por cien, nos vamos a jugar la vida de verdad. Vamos a bajar con el otro coche, el C4, lo encenderemos lo menos posible, al ser cuestas abajo lo dejaremos caer apagado, hemos pensado aparcarlo en el garaje del Mercadona, si está abierto. Es subterráneo y podrá darnos una buena ventaja en caso de estar despejado. Desde él tendremos dos vías de escape por distintas calles. Después del supermercado iremos por la puerta de atrás a la farmacia, y, en caso de ser necesario, al ambulatorio. Lo vamos a hacer al amanecer. Esperemos que los infectados duerman y lo hagan bien lejos de la zona. Nos vamos a dedicar estos cinco días a estudiar el ambiente que hay, escuchando, marcando los gritos y ruidos. Saldremos a la calle por las noches
para comprobar la situación.

Esperemos que vaya todo bien, voy a intentar dormir un poco, han pasado seis horas desde el último incidente y parece todo tranquilo.

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