lunes, 5 de septiembre de 2011

ENTRADA 4

Mi tercer día de curro. Llegué al trabajo pasada las nueve y media de la mañana, no pude dormir muy bien después de lo vivido este fin de semana, pero me estuve repitiendo a mi mismo las palabras de Juan "a veces pasa, pero nosotros no nos enteramos" y me alegré de no ser uno de esos científicos de ahí abajo.

El ambiente era totalmente normal, parecía que a nadie le había afectado lo sucedido el viernes. De hecho, Óscar ni siquiera se había enterado hasta que le pregunté por su opinión en el desayuno. En fin, un nuevo día, una reunión a la vista y tranquilidad por todos los lados.

Cuando bajé de nuevo por las escaleras que llevaban al laboratorio me fijé que no había ningún voluntario en los cubículos, todo estaba totalmente recogido y los científicos simplemente estaban atareados mirando por los microscopios, apuntando en sus cuadernos y consultando diagramas extraños en los ordenadores.

Atravesando el pasillo que dejaba ver las habitaciones del final del laboratorio, me fijé en que había dos con la puerta cerrada, con un guardia apostado frente a ellas y una luz roja en el marco superior en cada una.

-Parece que tenemos un par de huéspedes conflictivos - dijo Juan mientras reparaba en mí cuando miraba fijamente esa luz roja.

-¿La chica de la semana pasada? - pregunté

-Quién sabe, nosotros no tenemos conocimiento de la gente que entra o sale - respondió Juan mostrando claramente lo poco que le importaba lo que sucediese allí abajo. - hay que ser gilipollas para ofrecerse como conejillo de indias de pruebas que afectan a tu cuerpo y te pueden hasta matar - pensó en alto.

Le miré sorprendido, sí que había leído y oído que las pruebas biologías son peligrosas en ocasiones pero por eso se prueban en animales antes que en humanos, para evitar que una persona pueda morir.

Llegamos a la sala de reuniones a la que nos acercamos ayer. La misma secretaria, esta vez con mejor color de piel, nos recibió con una amplia sonrisa mientras salía de la sala con varias carpetas entre sus brazos.

-Pasen por favor, les están esperando. - invitándonos a entrar.

La sala era rectangular, con una enorme mesa ovalada en el centro y sillas suficientes como para reunir a su alrededor a unas cincuenta personas, un proyector coronaba el centro de la mesa apuntando a una pared blanca de unos tres metros de ancho por otros cuatro de alto. Desde el proyector hacia la pared los sitios estaban completos, calculé que había, por lo menos, unas veinte personas allí metidas.

-Siéntense por favor. - Nos dijo un hombre de unos cincuenta años que estaba de pie a la derecha de la imagen proyectada en la pared - hemos empezado sin ustedes ya que aún hay temas importantes que tratar y no son muy interesantes para ustedes.

Nos sentamos y el hombre continúo su exposición.

-Como ya sabrán ustedes, la semana pasada, el sujeto voluntario MB098 sufrió una reacción de tipo uno cuando se le suministro vía intravenosa dos mililitros del compuesto EB0.1.0. Los resultados que podemos arrojar sobre el incidente pueden darnos a entender que vamos por buen camino con el desarrollo de los potenciadores pero que aún tenemos algunos problemas a nivel neuronal que provocan alucinaciones graves. - decía con lo que me pareció un gesto de orgullo - estamos cerca de conseguir nuestro objetivo.

-¿Cuál es el estado actual del sujeto? - preguntó un investigador sentado a mi izquierda.

-Actualmente está en la sala C08, sedado y bajo monitorización, los datos indican que ha desarrollado en un veinte por cierto su masa muscular a lo largo del fin de semana - continuó - también hemos comprobado que ha tenido una reacción inconsciente y ha herido a uno de los investigadores que la vigilaban.

-¿Tenemos un nuevo sujeto entonces? - preguntó uno de los militares.

Yo ya estaba flipando, no entendía absolutamente nada de lo que decían y veía cómo Juan jugaba nervioso con su bolígrafo mientras hacía algunas caricaturas en el cuaderno.

-Así es. En una hora procederemos a la reanimación del sujeto hembra y comprobaremos los daños neuronales tratando de averiguar qué produjo ese movimiento sonámbulo - continuaba la reunión, ajena a dos tipos que pasaban totalmente del tema porque no se enteraban de nada. - Y antes de continuar, señor Lopez, ¿podría presentarnos a nuestro nuevo técnico de datos?

-Em, sí, perdón - dijo Juan sobresaltado mientras salía de su pompa de caricaturas

-Este es Borja Laita, nuestro nuevo Administrador de Bases de Datos y consultor de servicios de reportes. - continuó mientras me señalaba con la mano invitando a levantarme.

-Encantado - dije mientras me levantaba - tengo diez años de experiencia en montaje, mantenimiento y gestión de datos SQL...

-Muy bien, muy bien - me interrumpió el mismo hombre que estaba realizando la presentación - confío en que los sistemas funcionen correctamente y todos nuestros datos se guarden satisfactoriamente. - no le importaba en absoluto si yo sabía o no sabía hacer mi trabajo, lo daba por hecho y punto. - Nuestro proyecto es algo tremendamente importante, trabajamos junto a científicos de renombre de toda Europa - dijo señalando a un grupo de unos diez hombres apostados en frente mía. - científicos de nuestro ejército de tierra - señalando a otros cinco hombres y mujeres a los cuales se les veía el uniforme bajo las batas. - y, por supuesto, nuestros propios científicos - señalándose a el mismo y otras seis personas enfundadas en batas con el logo de la empresa. - Así que entenderá que nos preocupemos por nuestros datos.

-Perfectamente - es lo que salió de mi boca, sorprendido por esa supuesta reunión en la que yo sabría lo que tenía que hacer y de la que no me enteraba de absolutamente nada.

-Me alegro de oírlo, ahora, si nos disculpan, tenemos que continuar con nuestra reunión, iré a verles en cuanto pueda.

Y así finiquito nuestra presencia en la sala, la secretaria ya estaba detrás nuestro con una sonrisa indicándonos el camino de salida. Cuando Juan cerró la pesada puerta de su despacho que daba al laboratorio me quedé mirándolo y sólo alcance a decir.

-¿De qué va todo esto?

-Pues ya ves, quieren que guardes bien sus datos, no se pierdan y no la cagues - dijo mientras se reía efusivamente.

Yo no pude hacer otra cosa más que comenzar a reír junto a él mientras salíamos por la puerta, pensando en lo complicado del trabajo. Al llegar a nuestros puestos, Jesús nos informaba de que todos los nuevos servidores estaban instalados y funcionando.

Eran las tres de la tarde cuando todos nos levantamos, según salíamos por la puerta, la luz roja de una de las habitaciones empezó a parpadear rápidamente mientras una alarma resonaba en el laboratorio. Nosotros pasamos de ello y salimos tranquilamente.

-No son datos ni ordenadores, así que no es nuestro problema.- Nos dijo Juan a todos.

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